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El reforzamiento del dólar segmentará los mercados donde operan los actores económicos y fortalecerá el circuito dolarizado, afectando más a las empresas que operan en pesos cubanos. Esto ya ocurrió en 2019-2020 cuando se introdujo la MLC y se aprobaron esquemas similares para entidades estatales, beneficiando a las privadas que lograron insertarse en esas cadenas mediante contratos

El 2025 es el cuarto año desde la expansión del sector privado en Cuba y el aumento de oportunidades de emprendimiento. También es otro año de crisis económica y social debido a la falta de reformas integrales del modelo de desarrollo cubano, los efectos post-pandemia y las sanciones unilaterales estadounidenses.

El 2025 se perfila como un año de desafíos y oportunidades para los emprendedores cubanos: entre una economía estancada, controles asfixiantes y la sombra de las sanciones estadounidenses, el sector privado busca sobrevivir y crecer. Aunque las reformas avanzan a paso lento y la dolarización segmenta el mercado, los negocios más ágiles logran abrirse camino con adaptabilidad y alianzas estratégicas.

A pesar de las complejidades del escenario actual, miles de emprendimientos encuentran nuevas oportunidades de negocio en el mercado y otros tantos hallan la manera de consolidarse y crecer. El 2025 trae condiciones de partida dadas por el contexto. Este artículo presenta la hoja de ruta de las regulaciones de este año, las principales tendencias de negocios y su impacto en la comunidad emprendedora.

Los temas económicos a seguir

La economía cubana enfrenta una serie de restricciones externas que afectan el contexto y las oportunidades para el emprendimiento. Estas incluyen: bajo crecimiento (1% previsto para este año), alta inflación (20.1% interanual en marzo), inconvertibilidad del peso, restricciones financieras, dependencia de importaciones y sanciones internacionales.

La política económica del Gobierno, resumida en lo que se ha denominado Programa para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, se ha propuesto resolver los problemas macroeconómicos y reactivar el sector productivo, pero con escasa efectividad. Se ha dado un enfoque sobredimensionado al control sobre el sector privado, algunos de cuyos negocios han sido cerrados o han limitado sus inversiones, generando incertidumbre que afecta las expectativas de emprendimiento.

El acceso a divisas, uno de los grandes problemas para muchos emprendedores, sigue restringido por la escasez de dólares y otras monedas extranjeras, vitales para una economía abierta y dependiente del sector externo como la cubana. La falta de un mercado formal para la compraventa de divisas obliga al sector mipyme a adquirirlas fuera del sistema financiero, con las distorsiones que ello implica.

Aun así, las autoridades han anunciado la “actualización” del mercado cambiario para el sector empresarial. Sin embargo, la actual escasez de divisas, cuya solución no es a corto plazo, limitaría notablemente el tipo de negocios que podrían participar y los montos de dólares a cambiar. El Estado entraría como un jugador a un mercado que hasta la actualidad ha operado en la informalidad sin ser contemplado por la política monetaria del Banco Central.

En paralelo, las autoridades están implementando una política de dolarización parcial que abarca en lo fundamental a empresas del sector estatal (turismo, biotecnología, tabaco…), a empresas mixtas y extranjeras. No se prevé que los esquemas dolarizados se aprueben para empresas privadas. Mipymes y cooperativas accederán legalmente encadenándose con estos esquemas estatales, funcionando como proveedores de materias primas (para empresas estatales/mixtas/extranjeras) y bienes finales (por ejemplo, para las tiendas en dólares).

El reforzamiento del dólar segmentará los mercados donde operan los actores económicos y fortalecerá el circuito dolarizado, afectando más a las empresas que operan en pesos cubanos. Esto ya ocurrió en 2019-2020 cuando se introdujo la MLC y se aprobaron esquemas similares para entidades estatales, beneficiando a las privadas que lograron insertarse en esas cadenas mediante contratos.

Los cambios en la ley

En términos regulatorios específicos del sector privado, en agosto del año pasado entró en vigor el nuevo marco normativo para el sector privado. Este marco trajo los siguientes cambios: 1) aprobación municipal de mipymes y cooperativas, 2) restricción de objetos sociales y 3) creación de un instituto gubernamental para el control y fomento de actores privados.

Aunque la aprobación municipal de empresas privadas y cooperativas debía iniciar en marzo de 2025, el proceso no se ha descentralizado totalmente y persiste la autorización centralizada. Esto ha generado grandes dilaciones en la creación de nuevos negocios y ralentizado la expansión del sector privado. El entorno de mipymes autorizadas a nivel nacional se ha mantenido en 11 300, sin cambios en el último año. Sin embargo, se prevé que la descentralización ocurra este año, lo que reforzará la importancia del emprendimiento local, la necesidad de aliarse a las autoridades del municipio y aprovechar los recursos del territorio.

Este año se modificarán los requerimientos de los proyectos de desarrollo local (PDL), una forma de emprendimiento que ha permitido a muchos negocios operar. En el debate sobre si deberían ser considerados o no personas jurídicas, los PDL han enfrentado incomprensiones por los vacíos de la ley sobre sus facultades, forma organizativa y posibilidades de encadenamiento.

Las nuevas leyes exigen “afinidad” entre las actividades del objeto social de las empresas. Esto impone una barrera burocrática que impide a los negocios adaptarse rápidamente a cambios en el mercado. Incorporar una o varias actividades económicas nuevas al objeto social será un trámite largo que no podrá responder a tiempo a la demanda del bien o el servicio que pretenda satisfacer.

El comercio mayorista de bienes, esencial en cualquier economía, ha sido cuestionado. La Resolución 56/2024 del MINCIN, pospuesta para septiembre de 2025, ha generado incertidumbre en las cadenas de suministros, con efectos negativos en las expectativas de los actores económicos y los consumidores mayoristas y minoristas. El comercio mayorista privado seguirá restringido a poco más de 400 mipymes, lo que generará un poder de mercado artificial que no contribuirá a incrementar la oferta ni reducir precios de bienes básicos.

Más control y cambio en los negocios público-privados

El 2024 terminó con un ejercicio nacional de control tras 606 mil inspecciones, 980 millones de pesos en multas y la regulación de casi 10 mil empresarios. Para este año se anunciaron tres ejercicios nacionales y otros tantos territoriales. El discurso de las autoridades ha posicionado el control del sector privado como un objetivo principal.

En un contexto desafiante, es clave estar al día con las regulaciones. Las fichas de costo actualizadas (según la Resolución 148/2023 de Finanzas y Precios), productos con precios topados centralmente (Resolución 225/2024), la apertura y uso de la cuenta fiscal (hasta 2024 el 55% tenía saldo cero), el pago en tiempo y forma de tributos, y el cumplimiento de las relaciones contractuales entre estatales y privados, son asuntos en la mira de la mayoría de las inspecciones y controles.

Sobre ese último tema, el Gobierno ha criticado que los contratos entre empresas estatales y privadas se han restringido al arrendamiento de locales o capacidades productivas de las primeras a las segundas. Aunque las normas de contratación económica permiten variedad y creatividad, las restricciones del entorno macroeconómico dificultan el encadenamiento entre estas formas de propiedad. Primero, la distorsión monetaria (dualidad en tipos de cambios y monedas para operar) complica las operaciones y su registro contable.

Algunos negocios de participación mixta han prosperado en los últimos años, pero en general las condiciones existentes no son favorables. Falta una normativa que autorice el establecimiento de empresas mixtas (Estado-privado nacional). Es probable que se prioricen actividades de producción cooperada, como alimentos y la industria manufacturera.

Qué esperar de la nueva administración estadounidense en clave empresarial

El segundo mandato de la Administración Trump presenta, en general, desafíos para la economía y la sociedad cubanas por su declarado interés de subvertir el orden político del país. El sector privado también se verá afectado, positiva o negativamente, por los vaivenes de los próximos cuatros años. Hay un fenómeno nuevo respecto al primer período de Trump: las mipymes privadas en Cuba ya son una realidad en la economía cubana. Estados Unidos podría implementar una política de apoyo al sector privado como punta de lanza para lograr sus objetivos hegemónicos, o podría apropiarse de la matriz de opinión instaurada por una parte de la comunidad cubana de Miami de que el sector privado en Cuba es una farsa del Gobierno.

En ese segundo escenario, cabría esperar medidas del gobierno estadounidense para restringir los flujos financieros, las operaciones y las relaciones de los cubanos residentes en el exterior y el sector mipyme de la isla: 1) restricción de viajes a visitantes norteamericanos y cubanoamericanos, 2) restricción a los envíos de remesas, 3) sanciones particulares a mipymes por relaciones con entidades del gobierno cubano, 4) cancelación de licencias otorgadas por la OFAC, 5) cancelación de visas múltiples, entre otras.

El 2025 es otro año desafiante para la comunidad emprendedora. Muchos negocios podrán sostenerse, algunos crecerán y otros tantos puede que cierren. Emprender siempre es difícil cualesquiera sean las circunstancias. Los emprendedores exitosos sabrán sortear el escenario económico y combinar las oportunidades del mercado con sus habilidades empresariales para salir adelante. Adaptabilidad al cambio, diversificación de fuentes de ingresos y establecer alianzas con otros negocios serán fundamentales para transitar por una ruta que se avizora retadora.

(…) Emprender siempre es difícil cualesquiera sean las circunstancias. Los emprendedores exitosos sabrán sortear el escenario económico y combinar las oportunidades del mercado con sus habilidades empresariales para salir adelante.

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