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Conversamos con Oniel Díaz Castellanos, socio fundador y director general de AUGE, sobre el futuro del emprendimiento en Cuba, la apuesta digital de su empresa de servicios corporativos y los retos que marcarán 2025.

En medio de una de las crisis económicas más agudas que ha vivido Cuba en las últimas décadas, el sector privado de la isla se reinventa cada día para afrontar los enormes desafíos que implica emprender.

Nuevos negocios emergen semanalmente, sorteando obstáculos estructurales, incertidumbre normativa y tensiones macroeconómicas. Al mismo tiempo, abren caminos, generan empleo y construyen una narrativa de futuro para el país.

AUGE, consultora fundada en 2014, reafirma su compromiso con el sector privado cubano mediante el lanzamiento de una nueva plataforma web con recursos en tiempo real. Su director, Oniel Díaz Castellanos, asegura que pese a la crisis, este es un momento propicio para emprender. La firma se prepara para un 2025 incierto, apostando por flexibilidad y crecimiento sostenido. Destacan el espíritu resiliente del emprendedor cubano y la importancia de la integración entre sectores. Díaz afirma que el sector privado llegó para quedarse y es clave en la transformación económica del país.

¿Es un buen momento para emprender?

“Nuestro veredicto es un rotundo sí. El camino no será sencillo —más bien de ascenso constante—, pero las oportunidades emergentes inclinan la balanza a favor. Existen necesidades insatisfechas, nichos de mercado por explorar y decenas de cubanos deseosos de innovar y contribuir desde lo privado”.

 

AUGE se fundó en 2014, cuando el panorama era muy distinto. ¿Qué les impulsó a crear una empresa de servicios corporativos enfocada en el sector privado cubano?

“Fue una decisión colectiva y valiente. Elegimos echar raíces en Cuba y edificar nuestro proyecto aquí, en lugar de emigrar.

Detectamos una gran oportunidad para apoyar a emprendedores que abrían negocios privados, pese al ecosistema tan limitado de entonces. Creíamos firmemente que la actividad privada era un camino sin retorno, así que decidimos aportar desde nuestra experiencia en estrategia, comunicación y diseño”.

 

Acaban de lanzar un nuevo sitio web. ¿Qué papel jugará en el ecosistema empresarial cubano?
“No será solo una vitrina institucional. Será una plataforma de información en tiempo real, con recursos que van desde informes ejecutivos y análisis de contexto hasta guías prácticas para la toma de decisiones. Habrá contenidos gratuitos y otros exclusivos para clientes y suscriptores. Pero, por encima de todo, queremos que sea un canal de diálogo donde escuchar, compartir y construir conocimiento útil para emprendedores y empresarios”.

 

¿Qué desafíos visualizas para el sector privado cubano en lo que queda del 2025?
“Estamos viviendo un año de gran incertidumbre. Tres ejes clave definen el rumbo: las medidas económicas del gobierno, la evolución del sistema cambiario y la política de Estados Unidos hacia Cuba.

Estos factores afectan la planificación, los costos, el acceso a insumos y las alianzas internacionales. Más que paralizarnos, lo asumimos como un terreno donde hay que ser flexibles, creativos y ágiles”.

 

 ¿Cómo asume AUGE este escenario tan incierto?
“Ajustando continuamente nuestros servicios, profundizando en la especialización y manteniendo una escucha activa con nuestros clientes. En 2024, crecimos un 17 % en facturación, y el primer trimestre de 2025 mantuvo ese ritmo. Nuestro compromiso es seguir generando valor y conectar empresas estatales, privadas y extranjeras. La integración de distintos actores será clave para una economía más dinámica”.

 

¿Qué distingue al emprendedor cubano de otros en la región?
“Su espíritu nace del afán de superación y la capacidad de encontrar soluciones ante cada obstáculo. En Cuba, las dificultades se transforman en motor creativo. Ese impulso existe en todas partes, pero aquí se intensifica por la complejidad del entorno. Y aun así, vemos a cientos de personas perseverar y apostar por sus proyectos”.

¿Con qué equipo cuenta AUGE para sostener ese trabajo tan amplio?
“Tenemos un equipo cohesionado y motivado, con vocación de servicio y pasión por apoyar la reforma económica. Somos profesionales multidisciplinarios que asumen cada proyecto como propio. Nuestra cultura interna gira en torno al aprendizaje constante, la colaboración y el entusiasmo ante cada desafío”.

 

Finalmente: ¿puede fracasar el sector privado en Cuba?
“Empresas individuales pueden tropezar, sí. Pero el sector como tal no. Ha llegado para quedarse; su existencia ya no depende de un permiso temporal, sino de una necesidad estructural de la economía. Ahora la clave está en cómo se regula, cómo se potencia y cómo se conecta con el resto del ecosistema”.

Hay necesidades insatisfechas, huecos de mercado, y una voluntad real de innovar por parte de cientos de cubanos que quieren aportar al país desde lo privado.

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